El alcalde de Tijuana, Carlos Bustamante Anchando, es de esas personas que desaparece como por arte de magia en medio de la prensa, acto que más de un colega quisiera poder hacer en los momentos incómodos.
Sin embargo, la forma en que lo hizo no es la que la mayoría escogería, ya que terminó con dos abolladuras: en el cuerpo y en el orgullo.
Le pasó apenas este martes , cuando se disponía a anunciar la sustitución del secretario de Seguridad Pública, Gustavo Huerta, por Jesús Alberto Capella, en lo que se supone un cambio de dirección en el rubro.
Al ocupar el asiento central en la conferencia de prensa, la silla se venció y mandó al alcalde al piso, al parecer por un defecto del mobiliario y no porque él sea en verdad un peso pesado (en la política, claro).
Esperemos que el incidente que sufrió no sea ni un presagio ni una representación del nuevo rumbo, pues eso significaría que las cosas o van hacia abajo o andan muy frágiles.
Fuente: Yahoo!
